Desde Ciencia para el Pueblo – México nos sumamos a las expresiones que, desde los más diversos rincones del planeta, se solidarizan con los pueblos que luchan y resisten en contra de la injusticia.
En primer lugar, manifestamos nuestro apoyo al pueblo colombiano que, a partir de las protestas en contra de la Reforma Tributaria propuesta por el presidente Iván Duque, lleva más de dos semanas enfrentando una brutal represión. El saldo de la violencia estatal es de decenas de civiles muertos y heridos, así como de mujeres violadas, además de otras formas de ultraje cometidas para amedrentar a la población. Sin embargo, lejos de ser aplacada por la brutalidad de policías, militares y paramilitares, la oposición generalizada que ya logró echar atrás la antipopular Reforma ha escalado a un amplio movimiento que da cauce al repudio en contra de la violencia estatal, de la política contra los pueblos originarios, del feminicidio, de la reforma al sistema de salud, del uso del agrotóxico glifosato, entre muchas otras políticas neoliberales, formas de autoritarismo y violencias estructurales que inciden sobre la vida de la población colombiana.
Hemos sido parte de actos de solidaridad que, en diversas partes de México, han hecho eco de la difícil situación en Colombia, contribuyendo a presionar al gobierno de Duque para atajar su ofensiva antisocial. Especial mención merecen las convocatorias organizadas por hermanas y hermanos colombianos residentes en México, muchas y muchos de ellos estudiantes de posgrado con quienes convivimos en distintos centros de investigación, que se han lanzado a protestar para romper el abominable cerco mediático impuesto en su nación para encubrir las violaciones a los derechos humanos y acallar a las voces disidentes. Así mismo, destacamos la protesta convocada el 7 de mayo por la Nueva Central de Trabajadores frente a la embajada de Colombia en la Ciudad de México, en la cual se puso de manifiesto la importancia del apoyo decidido por parte de las expresiones proletarias organizadas.
Así mismo, externamos nuestro apoyo al pueblo palestino en contra de los ataque del gobierno de Israel y las turbas de colonos judíos de extrema derecha que en estos momentos desatan una violencia asimétrica en contra de varias poblaciones, como parte de la limpieza étnica llevada a cabo en la región desde hace décadas. El 10 de mayo, luego del ataque del 7 de mayo al final del Ramadán contra la gente en el recinto de Al-Aqsa, las fuerzas armadas de Israel han llevado a cabo bombaredos en la franja de Gaza, mismos que han dejado cientos de muertos y heridos (muchos de ellos niños). Esto ha marchado a la par de la violencia policial, por la cual hay también decenas de palestinos encarcelados, en tanto continúan los ataques de represalia con cohetes en contra objetivos israelíes.
Condenamos el genocidio llevado a cabo por el Estado de Israel en contra del pueblo palestino, la nauseabunda apología del mismo por parte del gobierno de Estados Unidos (principal patrocinador de la imposición imperialista del sionismo) a cargo de Joseph Biden y la pasividad cómplice por parte de los gobiernos de otros países y de la propia Organización de las Naciones Unidas. Es imperativo suspender todo apoyo internacional al Estado de Israel y a su política de apartheid, ya que no habrá ninguna “solución justa” a menos que se reconozcan y respeten plenamente los derechos democráticos y nacionales de las y los palestinos.
¡Alto a la brutalidad estatal en Colombia! ¡Por un cambio de régimen a favor de las y los trabajadores de ese país!
¡Alto al genocidio imperialista y colonialista! ¡Por el derecho a la autodeterminación y al retorno del pueblo palestino!
La profunda y multidimensional crisis civilizatoria actual exige proyectos, caminos y praxis para construir alternativas mediante una activa articulación entre diferentes sectores, actores y movimientos sociales y esfuerzos organizativos. Así, quienes nos desempeñamos en las distintas áreas de las ciencias, ingenierías y la educación, debemos involucrarnos en las luchas y procesos sociales ya que desde cada una de tales trincheras se gestan y disputan proyectos civilizatorios. Por ello, es crucial que contribuyamos a la reflexión para pensar e imaginar, y con diálogo y acción colectivas, construir y avanzar hacia otros mundos posibles. La academia debe involucrarse y actuar junto a los demás sectores y actores de la sociedad.
En este marco, surge la revista Ciencia para el Pueblo – México, una iniciativa editorial independiente y autogestiva lanzada a partir del trabajo de la sección mexicana de la organización internacional Ciencia para el Pueblo (Science for the People). La publicación de esta revista es una aportación a la lucha internacionalista por una sociedad más justa y sustentable, situándonos y considerando especialmente las particularidades de la realidad en México y Latinoamérica.
El objetivo general de la revista Ciencia para el Pueblo – México es contribuir al desarrollo, divulgación y promoción de ideas y propuestas que aporten a la construcción de una sociedad más justa y sustentable. Más aún, buscamos incentivar e invitar al acercamiento, organización y movilización unitarias y coordinadas para cambiar el mundo, transformar la vida y cuidar la naturaleza en el sentido antes expresado. Así, esta publicación es una instancia para la retroalimentación y el debate fraterno entre diversos sectores y movimientos anticapitalistas de la comunidad científica, pueblo trabajador y otros actores.
En la Revista Ciencia para el Pueblo – México buscamos:
– Involucrar a la comunidad científica y académica con los problemas y demandas del pueblo.
– Fomentar el pensamiento y actitud críticos respecto a la realidad en el mundo y sociedad actuales, y las aproximaciones y posturas científicas no convencionales ni hegemónicas, todo aquello especialmente en relación a las injusticias e insustentabilidad.
– Incentivar la reflexión y el debate colectivos desde las diferentes posiciones de los diversos sectores y actores que conforman la sociedad.
– Difundir los problemas que afectan a estudiantes, trabajadores, mujeres, pueblos originarios, campesinas y campesinos, minorías sexuales, entre otros sectores.
– Informar y concientizar respecto a que muchos de los más trascendentales problemas del mundo actual, tanto sociales como económicos, ecológicos, culturales y otros, están asociados al sistema capitalista, por lo que es necesario un cambio profundo a ese respecto.
– Promover el diálogo entre el conocimiento científico y los saberes tradicionales, las artes y demás expresiones de las culturas humanas.
– Fomentar la co-construcción del conocimiento científico mediante aproximaciones, metodologías y prácticas colaborativas y participativas.
– Luchar contra la marginalización, opresión y explotación de las personas, tanto en la ciencia como en la sociedad, ya sea por cuestiones de género, orientación sexual, raza, cultura, edad, u otras formas de diferencia que conforman el abanico la diversidad humana.
Acerca del primer número
En años recientes hemos vivido una compleja reorganización de las fuerzas políticas y sociales en Latinoamérica, expresada en el ascenso y estancamiento de gobiernos progresistas, el reposicionamiento de las derechas auspiciadas por el imperialismo y la emergencia de movimientos populares que, en la medida que afiancen su independencia y se articulen entre sí, tienen el potencial de formar polos sociales que impulsen transformaciones profundas más allá del capitalismo, siendo imperativo que la comunidad científica forme parte de este proceso. En México, el hartazgo generalizado se expresó en la contundente victoria electoral en 2018 de un gobierno progresista tardío que, aunque no demoró en evidenciarse como “balsa de salvación” para toda clase de arribistas de derecha y continuador del neoliberalismo, cuenta con el respaldo de amplios sectores de masas. Dichos sectores del pueblo trabajador del campo y la ciudad se encuentran en gran medida desmovilizados, limitados al marco de las instituciones político-electorales existentes y a menudo sin mayor perspectiva de iniciativa propia más allá de las directrices caudillistas del presidente.
Para el gobierno actual (y para un sector de la comunidad científica que le respalda), en el espectro político solo existen “liberales” (ellos mismos) y “conservadores”, siendo esta última la categoría con que denostan no solo a la derecha más rancia que busca preservar sus privilegios (y a la que pertenece otro sector importante de la comunidad científica), sino también a quienes, desde abajo y a la izquierda (con la que nos identificamos un tercer sector de la comunidad científica), resistimos a las políticas de despojo y muerte. Así, con una burda dicotomía del México del siglo XIX (siendo que aún en esa época existían ya fuerzas políticas a la izquierda de los liberales, incluidas las primeras expresiones socialistas), el gobierno caricaturiza y desestima las justas demandas del movimiento feminista y amplio de mujeres, de las y los defensores del territorio, de los sindicatos por su autonomía y, en general, de cualquier iniciativa popular por los derechos y la emancipación. De manera análoga a como ocurre en otros países latinoamericanos, es imperativo que los movimientos sociales y el pueblo trabajador confiemos en nuestras propias fuerzas más allá del gobierno en turno, tejiendo fino y construyendo desde abajo las alternativas civilizatorias que necesitamos para construir un mundo más justo y sustentable.
Así pues, una tarea central para los movimientos sociales y el pueblo trabajador hoy es afianzar su autonomía e independencia política con respecto a la burguesía y sus gobiernos, rompiendo con la dicotomía de estar “a favor” o “ en contra” de los gobiernos progresistas, con la perspectiva de articular un polo social alternativo en que sumen e intersectando los sectores que hoy se mantienen en lucha. En ese sentido, y buscando promover el involucramiento de la comunidad científica, técnica y docente en este proceso, es que el primer número de la revista Ciencia para el Pueblo – México estará dedicado a la necesidad de autonomíaeindependencia política de los movimientos sociales y del pueblo trabajador, abarcando desde el panorama de conjunto nacional e internacional hasta luchas locales o específicas, como la feminista, la de defensa del territorio o la de los derechos laborales, tanto de trabajadores de la ciencia y la educación como en general.
Lineamientos
Son bienvenidas todas las colaboraciones escritas en las siguientes secciones y con las siguientes extensiones con fuente Arial en tamaño 11:
Artículos, de 2500 a 6500 palabras.
Entrevistas, de 1500 a 3000 palabras.
Notas de actualidad, con un máximo 1500 palabras.
Reseñas de libros, documentales, películas, conferencias o eventos, con un máximo de 800 palabras
Los materiales pueden ir acompañados de fotos e ilustraciones, preferentemente de no más de 2 MB. En caso de haber referencias bibliográficas, éstas deben estar en estilo Vancouver (véase: https://biblioguias.uam.es/citar/estilo_vancouver). La extensión de cada uno de los tipos de texto incluye la bibliografía y las descripciones de figuras, tablas e imágenes; se revisarán los casos que excedan los límites establecidos. Se recibirán las colaboraciones estén dedicadas o no al tema principal del número en cuestión, siempre y cuando suscriban los objetivos de la revista.
También son bienvenidas las colaboraciones en forma de ilustraciones, carteles o fotografías, preferentemente de no más de 2 MB.
La autoría puede ser individual y/o colectiva (firmando con nombres de personas y/o de organizaciones, grupos de trabajo, etc.).
Cualquier observación y corrección será consultada directamente con quienes suscriban la autoría, incluyendo la posibilidad de que las colaboraciones sean publicadas en la página web de Ciencia para el Pueblo – México.
Para la aclaración de dudas y para el envío de las colaboraciones, escribir a cienciaparaelpueblomx@gmail.com, desde donde mantendremos comunicación lo más puntual posible. Se recibirán colaboraciones hasta el 20 de agosto.