Categorías
Campañas

¡JUSTICIA PARA SAMIR FLORES SOBERANES!

El 20 de febrero de 2019, Samir Flores Soberanes, comunicador comunitario, opositor del Proyecto Integral Morelos y defensor incansable de la vida y los territorios, se convirtió en una víctima más del sistema capitalista, extractivista. Su asesinato no fue un hecho aislado, sino un crimen de Estado, resultado de un modelo que impone megaproyectos destructivos, impulsados por las grandes corporaciones transnacionales que avanza sin freno sobre nuestras comunidades. A seis años de su ejecución, la impunidad prevalece, mientras los megaproyectos de muerte continúan expandiéndose sin freno sobre las comunidades con la complicidad del Estado y las corporaciones transnacionales.

El asesinato aun sin justicia es evidencia de la constante violencia estructural contra aquellos que se oponen al modelo neoliberal extractivista. Este sistema se alimenta de la destrucción de la naturaleza y el despojo de las comunidades, como se evidencia en los megaproyectos energéticos, mineros y de infraestructura, desplazando a pueblos enteros, contaminando fuentes de agua, destruyendo ecosistemas y militarizando los territorios. Estos proyectos, que se presentan bajo la máscara del «Plan Nacional de Desarrollo» de cada sexenio, sin importar del partido o genero de quien esté en el poder, son en realidad proyectos de muerte que benefician a un pequeño grupo de corporaciones mientras arrasan con la forma de vida de millones, imponiendo una lógica de devastación que ignora la voz de los pueblos, deja infiernos ambientales y asesina a quienes luchan por la vida.

A pesar de ello, la resistencia en los territorios donde Samir luchó sigue viva. Las comunidades de la región de Morelos, Puebla y Tlaxcala continúan enfrentándose a este megaproyecto energético e hidroextractivista. La resistencia y rebeldía siguen siendo actos de supervivencia frente a la maquinaria de muerte. 

La crisis civilizatoria que enfrentamos hoy, es resultado directo de la acumulación capitalista que han llevado al límite los ecosistemas del planeta. Resistir a este modelo no es una opción, es una necesidad histórica.

En este contexto, desde “Ciencia para el Pueblo” consideramos que el papel de la comunidad académica y científica es crucial. No es suficiente con producir conocimiento si este se mantiene en el marco de la neutralidad cómplice. Es imperativo que las científicas y los científicos comprometidos nos posicionemos abiertamente en defensa de las comunidades y los territorios, aportando herramientas para documentar, denunciar y resistir la imposición de proyectos ecocidas. La investigación no puede seguir respondiendo a los intereses de las corporaciones y el estado que facilitan el saqueo, sino que debe transformarse en una ciencia para y desde el pueblo, una ciencia insurgente que contribuya a fortalecer las luchas comunitarias, que visibilicen la violencia estructural, los efectos y riesgos que acompañan a los megaproyectos.

Samir Flores nos dejó un legado de dignidad y rebeldía. Hoy, su ejemplo nos llama a redoblar esfuerzos para detener la maquinaria de explotación, desprecio, despojo y represión. Nos invita también a seguir luchando contra la impunidad y a apoyar en la construcción de autonomías en los territorios en resistencia.

¡Samir vive, la lucha sigue!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *