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Discusión y debate

Tortugas Marinas, ¿Cautivar para Liberar?

Por:  Romana Núñez

                                                                                                                            Tortuga Golfina muerta en un campamento por negligencia

El 16 de junio fue el día internacional de la tortuga marina, su protección y correcto manejo es un tema importante para México, país que alberga 7 de las 8 especies que existen, todas en peligro de extinción. Los campamentos tortugueros son necesarios en nuestro país porque hoy día prevalece de modo ilegal la pesca, captura, consumo y venta de tortugas marinas, sus caparazones y huevos. Sin los campamentos habría mayor depredación por parte de humanos a estas especies, sin embargo, también la liberación de crías de tortugas marinas es una práctica que se ha comercializado al grado que muchas personas buscan el modo de hacerla redituable a costa de la vida de las mismas tortugas. Empieza la temporada de voluntariados, arribadas, anidación, liberaciones y con ello una serie de malas prácticas, corrupción e impunidad que involucran incluso a algunos campamentos tortugueros.

Estos últimos dos años he sido testigo de atrocidades con crías de tortugas en distintos campamentos de México. Todo empezó al entrar como voluntaria en un campamento de Guerrero. Poco a Poco sucedían cosas extrañas, los encargados nos pedían guardar tortugas en bandejas o sacarlas antes de tiempo de su nido para “alistarlas para la liberación”. Así, fui pasando de la ilusión a la extrañeza, al diálogo (con otros biólogos y tortugueros más humanos y profesionales que se rigen bajo buenas prácticas) y finalmente a darme cuenta que bastantes cosas estaban mal, pero no sólo ahí, sino me comentaban los tortugueros, que en muchos campamentos era igual.

Tortugas golfinas cautivas “para liberación”. Sus caparazones comienzan a secarse por el tiempo que llevan en la bandeja

Es muy común que turistas, escuelas, hoteles, locales, agencias y hasta en eventos sociales privados les encarguen crías a los campamentos para organizar liberaciones, te dicen cuántas tortugas necesitan, y entonces los encargados de los campamentos buscan nidos que se miren ya “listos” (in situ o en corrales) y las sacan “con cuidado” para trasladarlas a donde será la liberación. Con esto algunos campamentos recaudan fondos.

                                                                                                                                                                           Tortuga Golfina con su vitelo de fuera

La mayoría de las tortugas eclosionan de noche o al atardecer, ya que de modo natural buscan protegerse de los depredadores y el Sol. Entonces, ¿Cómo hacen para tener listas a las tortuguitas si la mayoría de las liberaciones comerciales se hacen de día o al atardecer? Aunque no siempre, muchas de las fotos en internet de gente liberando tortuguitas fueron posibles porque antes las tuvieron horas o hasta días cautivas. Y unas que iban a llegar al mar de noche, terminan llegando al atardecer.

Después de salir de su nido, las tortugas necesitan ir directamente al mar, con movimientos desesperados buscan ir hacia él, lo que se conoce como frenesí natatorio, toda su energía se usa en esta labor siendo en ese momento su mayor y único instinto. Si metes a las tortugas en una bandeja continuarán con ese frenesí, gastando su energía para sobrevivir. Pero ¿Qué hacen estas personas una vez que las meten en bandejas para evitar el frenesí? Les echan arena húmeda para simular el nido y les cubren la luz (esto calma animales diurnos) y dicen los encargados de algunos campamentos que “las tortuguitas ya están durmiendo”, pero todo biólogo y tortuguero sabe que el mejor momento para liberarlas es después de nacer y que retener crías es ilegal.

En aquél campamento vi cómo metían en bandejas más de 30 crías de tortuga Laúd (en peligro crítico de extinción) y las dejaron la noche cautivas para tomarles fotos al amanecer y “recaudar fondos”; por el contrario una vez sacaron tan antes del nido a las crías de tortugas que quedaron varias tiradas en la arena con su vitelo de fuera (especie de cordón umbilical lleno de nutrientes), estaban tan prematuras que no podían balancearse para flotar y sobrevivir. La naturaleza es sabia, tiene su ritmo, y no se coordina muchas veces con los horarios, planes o días de “liberación”.

Tortugas Laúd. Estuvieron toda una noche cautivas por órdenes de la dueña del campamento.

Cada campamento tiene la obligación de llevar bitácoras y registro de datos sobre sus especies y actividades. Las estadísticas llegan a modificarse a su conveniencia y muchas muertes de neonatos no se reportan (implicaría indicar que algunas veces son por malas prácticas), por lo que cambian datos de importancia crucial para la investigación de especies.  Después de Guerrero fui a Yucatán y en apenas 6 meses de voluntaria en campamentos vi cómo crías de tortugas continuamente morían y los encargados y trabajadores ocultaban cuerpos de crías sin reportarlos.

Al llegar al Campamento Tortuguero de Yucatán me tocó ver cómo tuvieron cautivas varios días a más de 40 crías de tortugas Carey (en peligro crítico de extinción) para pedir fondos al exdirector de una organización ambiental de reconocimiento mundial, dándole un show VIP vivencial con patrullaje y liberación de tortugas marinas. ¿Cuál fue el resultado? Más de 13 crías de carey muertas que fueron apareciendo por varios días secas en el pueblo del Cuyo. Los vecinos vieron a la encargada llevarse el dedo a la boca en señal de silencio y ocultar el cuerpo de una cría bajo un árbol. Una pesadilla; los niños preguntaban inocentemente ¿Va a crecer un árbol de tortuguitas? Cinco días después seguían apareciendo cuerpecitos secos de Carey.

                       Tortugas Carey en cautiverio. Murieron más de 13

El problema no son los campamentos tortugueros, para nada, sino todas sus malas prácticas y el silencio alrededor de éstas. De hecho, es muy importante reconocer que la labor que tienen en los tortugueros no sólo es dura, sino titánica; se ven continuamente amenazados por traficantes, hueveros, comerciantes ilegales al grado de atentar con sus vidas como los ataques e incendios que se han dado en campamentos de Oaxaca y Guerrero. Se había propuesto en la agenda ambiental de estos años por parte de campamentos tortugueros de Guerrero, que volviera la policía tortuguera, que hoy día ya no existe y anteriormente eran encargados de darle vigilancia a los campamentos, pero no ha habido acciones concretas por parte de las autoridades.

La situación social de México con desigualdad y falta de oportunidades afecta a empleados de la mayoría de los campamentos, quienes tienen salarios bajos. Tanto trabajadores como voluntarios son fácilmente manipulables a partir de la recompensa, y el reconocimiento, donde podemos ver que aguantan, toleran y ocultan las malas prácticas internas todo sea por recibir un aplauso, un regalo, un mejor salario, un llavero, un puesto más alto, una playera que diga “yo liberé una tortuga marina”, mejor si viene escrito en maya. Pero todo a costa de las tortugas.

Los pocos apoyos a los campamentos tortugueros, la reducción de presupuesto, falta de personal capacitado, ingresos, poca ética, la indiferencia, nula seguridad y protección, los muchos intereses personales económicos y pocos intereses ambientales no ayudan en una situación que ya de por sí es crítica con las tortugas marinas. Ante esto sumemos que las autoridades correspondientes no hacen más que multar (tanto a traficantes como a campamentos) pero no hay una solución real. Entendemos que ante todo esto algunos tortugueros dicen verse obligados a recaudar fondos de estos modos, pero en un país que debe proteger a sus especies, ¿de verdad lo estamos haciendo? Necesitamos terminar con cualquier mala práctica que amenace la vida de las especies. Ninguna regla interna está por encima de la Norma Oficial Mexicana NOM-162-SEMARNAT-2012 que da protección a las tortugas marinas. El consumo, venta, captura de tortugas y sus productos es un delito. Si eres voluntario o trabajador y por órdenes de tu superior te piden hacer o callar algo que contribuye a malas prácticas no lo hagas. Infórmate, toma evidencias, denuncia y difunde.